Nuestra manera de movernos, aceptando la influencia de la gravedad u oponiéndonos a ella, viene a ser como jugar con la gravedad… o quizá sea más bien ella la que juega con nosotros. La buena disposición con que permitamos que juegue con nuestro cuerpo determina en gran parte en qué forma llegaremos a cumplir los setenta. Los ingenieros sismológicos saben que la seguridad estructural de un edificio exige que los cimientos sean móviles y los pilares flexibles. Cuanto más flexible sea el cuerpo, más segura será su relación con la gravedad, y más perdurable su vitalidad.
A veces, aunque parezca extraño, hay muchas personas que tienen dificultad en entender cómo utilizar un punto fijo para desplazarse, quiero decir, el suelo, para caminar y a su vez como utilizar esta fuerza para ser más económicos y funcionales.